3/5/16

El aliento que les falta [3-5-16]


El aliento que les falta

El Hospital Clínico de Valencia ha publicado una investigación en la que, a través de la comparación de los dos tipos de ventilación no invasiva en domicilio que existen en pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), se desvela que los enfermos que llevaban ventilación por volumen se encontraban mejor que los usaban el modelo por presión y que, por lo tanto, requerían menos hospitalizaciones.

Según explica el jefe del Servicio de Neumología de este centro, el doctor Emilio Servera, estos resultados aportan una información importante para que los neumólogos decidan, en cada enfermo y según su experiencia previa y los recursos disponibles, qué sistema van a utilizar para conseguir un mejor confort para el paciente.

Y es que, hasta que se disponga de un tratamiento efectivo para actuar sobre las causas de la enfermedad, sean fármacos o actuaciones con células madre, la investigación clínica sobre las ayudas a los músculos respiratorios va perfeccionando las herramientas que permiten prolongar la vida de los enfermos y mantener su calidad.

El objetivo del estudio de la Unidad de Cuidados Respiratorios del Servicio de Neumología del Clínico fue determinar si el modo ventilatorio tiene influencia sobre la efectividad de la ventilación y la supervivencia de los pacientes con ELA que utilizan ventilación no invasiva. Hasta el momento no existía ningún trabajo que los comparara.

A partir de un momento de la evolución de su enfermedad, los pacientes con ELA presentan una debilidad de los músculos respiratorios que les obliga a recibir ayuda para poder respirar y toser correctamente. Para ello puede utilizarse un aparato de ventilación mecánica (como los usados en las UCI, aunque más sencillos y portátiles) que introduzca el aire en los pulmones de los enfermos sin que ellos tengan que esforzarse para hacerlo.

La llamada ventilación no invasiva consigue esto sin necesidad de intubar al enfermo ni hacerle una traqueotomía. Por medio de mascarillas o dispositivos que se conectan a la nariz o a la boca consigue que el oxígeno y el anhídrido carbónico de los enfermos permanezca en niveles adecuados. De esta forma, los enfermos no tienen sensación de falta de aire, pueden mantener su calidad de vida a la vez que retrasan la necesidad de iniciar otras medidas de las llamadas invasivas para mantener la vida.

Según Servera, se sabía que cuando se utiliza correctamente, la ventilación no invasiva prolonga la supervivencia en la ELA y mejora el bienestar de los enfermos, pero no existían datos que permitieran decir cuál de los dos sistemas básicos de ventilación era más efectivo en estos enfermos: presión o volumen. «Nosotros teníamos experiencia con volumen, mientras que en el hospital de la Pitié-Salpêtrière de París (otro centro de referencia) trabajaban con presión. Por ello iniciamos una investigación en la que ellos trataban a sus enfermos con ventilación por presión y nosotros por volumen».

En la ventilación no invasiva por volumen se programa el ventilador para que administre un volumen determinado de aire un número de veces cada minuto, de forma que el paciente, sin necesidad de esfuerzos respiratorios, recibe la cantidad de aire que necesita.

Por su parte el hospital francés se encargó de estudiar el sistema por presión, en el cual, el ventilador envía el aire a una presión determinada para facilitar su entrada en los pulmones y descargar de trabajo a los músculos respiratorios, que tienen que hacer un esfuerzo mucho menor para que el aire entre y salga de los pulmones.
 

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